Oraciones a la Madre Ágreda
ORACIÓN PARA PEDIR LA PRONTA BEATIFICACIÓN DE SOR MARÍA DE JESÚS DE ÁGREDA
«Señor y Dios nuestro, glorifica en la tierra a la Venerable Madre Sor María de Jesús de Ágreda, por cuyo medio descubrimos los insondables tesoros de gracias concedidos a la Inmaculada Madre de tu Hijo; concédenos que como ella, también nosotros vayamos a Jesús por María y cuanto te solicitamos por su intercesión. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.» Amén.
(Padrenuestro, Avemaría y Gloria)
TRIDUO A LA VENERABLE MADRE SOR MARÍA DE JESÚS DE ÁGREDA
Por la Señal…
Acto de Contrición
Oración para todos los días
Señor, que nos dijiste por medio de Sor María de Jesús de Agreda: Pobres, desvalidos, pecadores, grandes, pequeños, enfermos y todos los hijos de Adán, venid por vuestro remedio a mi liberal e infinita providencia, por la intercesión de la que dio carne humana al Verbo, ya que sola esta intercesión es poderosa para solicitar vuestro remedio y alcanzarlo. Concédenos las gracias que hoy te pedimos, para emplearnos enteramente en tu santo servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
Día primero
Santísima Virgen María, Sor María de Jesús escribió cosas grandes de Ti. Con sus mismas palabras, te suplicamos: Tú quieres y me mandas que te imite; estampa y graba en mí tu viva imagen. Tú sembraste la semilla santa de tu devoción en mi terreno corazón; guárdala y foméntala, Madre, Señora y Dueña mía, para que dé fruto centésimo. Encamíname hasta el fin, mándame como Reina, enséñame como Maestra y corrígeme como Madre. Amén.
Oración Final
Santísima Trinidad, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, la vida de Sor María de Jesús de Agreda fue un canto de alabanza y amor a tu Divinidad, un acto continuo de inmolación generosa para fecundar tu Iglesia, y una dedicación total a la contemplación del misterio de María Inmaculada. Porque nos sirve de ejemplo, de estímulo y de guía, te pedimos, Señor, su beatificación y glorificación en la tierra. Amén.
V/: Ruega por nosotros, Venerable Madre Sor María de Jesús.
R/: Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.
(Pídase la gracia que se desee obtener)
Pater, Ave y Gloria
Día Segundo
El principio y Oración Final, como en el Día Primero.
ORACION
Santísima Virgen María, que dijiste a Sor María de Jesús de Agreda, y nos dices también a nosotros: Tengo por mía esta Iglesia; el Muy Alto me mandó que cuidase de ella como Madre y Señora. Tú ámala también, respétala y estímala con todo tu corazón, goza de sus tesoros, logra las riquezas del cielo que con su mismo Autor están depositadas en la Iglesia. Procura unirla contigo, y a ti con ella. Por esta Iglesia santa quiero que trabajes siempre. Haz, Señora nuestra, que nos sintamos y obremos siempre como Iglesia que somos, y nos consuma el celo por la salvación de las almas, que tuvo la Venerable Madre. Amén.
Día Tercero
El principio y Oración Final, como en el Día Primero.
ORACION
Santísima Virgen María, nos alegran y celebramos los dones y carismas que depositaste en el alma de Sor María de Jesús, y que adivinamos en estas sus palabras: Obró en mí la fuerte y suave fuerza de la sabiduría, manifestóme lo más oculto y a la ciencia humana más incierto. Púsome delante de los ojos a Ti, oh imagen especiosa de la divinidad y Ciudad Mística de su habitación, para que, en la noche y tinieblas de esta mortal vida, me guiases como estrella, me alumbrases como luna de la inmensa luz, y yo te siguiese como a Capitana, te amase como a Madre, te obedeciese como a Señora, te oyese como a Maestra y en Ti, como en espejo inmaculado y puro, me mirase. Danos, Señora nuestra, esos mismos sentimientos y deseos de la Sabiduría Infinita que es Cristo, y el amor hacia Ti que alimentó la preciosa vida de tu Sierva. Amén.
Con licencia eclesial
(Para uso privado)
NOVENA PARA OBTENER GRACIAS POR INTERCESIÓN DE LA VENERABLE MADRE ÁGREDA
(Para uso privado)
Oración preparatoria para todos los días
¡Oh Virgen Inmaculada, santuario de la divina Trinidad! Tú eres la reina y madre de todos los santos. Tú eres el ejemplar en el cual, por obra del Padre, del Verbo y del Espíritu Santo, todos los santos son contemplados amorosamente en el interior más hondo del ser divino. Tu Concepción Inmaculada, largos siglos sólo parcialmente revelada a la Iglesia, fue por fin, manifestada en todo su esplendor por una hija especialmente llamada a esta misión. Madre Inmaculada, tú eres junto con Jesús toda la razón de ser de la santidad extraordinaria y la sublime misión de la Ven. Sor María de Jesús de Agreda. A ti vengo en los días de esta novena a llenarme de lo que llenaba tu alma, a caminar siguiendo -¡aunque de lejos, muy de lejos!- tus huellas admirables. ¿Por qué has querido que un día cualquiera de mi vida llegase a conocerte? ¿Por qué has querido ponerme en contacto con tu vida? ¿Para qué has suscitado en mi interior esta inexplicable querencia por tu persona, tu obra, tu misión? Aunque nada entienda de lo que en mi vida sucede con tu persona, hoy me pongo ante tus plantas para iniciar esta novena. No sé a ciencia cierta lo que voy a pedirte, ni lo que voy a decirte, ni lo que de esta novena voy a obtener de ti. Sólo me siento impulsado/a a empezar estos nueves días de intimidad contigo en la Trinidad, por medio de tu Madre y Madre mía Inmaculada, la Virgen María. Tú que has hecho brotar en mi alma el deseo de comenzar esta novena, haz que sea constante para terminarla, y concédeme aquellas gracias para mí desconocidas, para cuya concesión tú me has inspirado para que comenzara tan inexplicablemente esta Novena en tu honor y en honor de la Virgen Inmaculada y de toda la Trinidad.
Oración final para cada día
¡Oh Santa Trinidad que os complacisteis en otorgar las más grandes muestras de gracia y de bondad para con vuestra fiel servidora la Ven. Sor María! Os doy las más rendidas gracias por los beneficios con que la distinguisteis a lo largo de su vida, y los prodigios con que habéis manifestado su santidad después de la muerte. También yo quiero beneficiarme de esa predilección vuestra con la admirable virgen de Agreda. Otorgadme también a mí la gracia de llegar a aquel grado de gracia y santidad a que me habéis predestinado. Que mis pecados y continuas infidelidades no impidan la realización de vuestros maravillosos designios sobre mi vida. Perdonad todos los pecados que he cometido a lo largo de mi vida, y concededme la gracia de que esta novena me ayude para la consecución de la eterna felicidad en el cielo. Amén.
Día Primero: El misterio del Padre
¡Padre que estás en el cielo! Tú fuiste el que desde toda la eternidad, en tu Hijo el Verbo igual a ti en esencia y atributos, escogiste a Sor María de Agreda para hacer en ella la más fiel reproducción de la imagen de la Virgen María. Tú la llamaste para ser la gran apóstol y doctora de la Inmaculada. Con gran fidelidad pasó toda su santa vida empleada en el cumplimiento de su difícil misión. A ti te rindo las más sinceras gracias por las maravillas que llevaste a cabo en la admirable vida de esta tu humilde hija. Dígnate ahora premiar los servicios prestados en tu servicio concediéndomela gracia de una vida santa, y otorgando a ella la glorificación en la tierra a que su santa vida la hizo acreedora.
(Tres Glorias a la Trinidad, y Siete Avemarías a la Virgen).
Día Segundo: El Hijo Eterno de Dios
¡Oh Verbo de Dios! que fuiste ejemplar perfecto en que el Padre predestinó a la gloria a tu hija bienamada Sor María de Jesús. Tú quisiste hacer de ella la gran escritora de los misterios de tu vida y de la vida de tu Santísima Madre. Para la realización de esta misión la llenaste de las más excelentes gracias y privilegios. Toda su vida fue un ejercicio continuo de virtudes las más perfectas. Por el mérito de su vida, te pido para mí y para todos los fieles cristianos, la gracia de conocer perfectamente el misterio de tu vida que se contiene en los Santos Evangelios, y de poner en práctica esas admirables enseñanzas. Dame el perdón del descuido con que hasta el presente he tenido la doctrina admirable de tu Evangelio. Dame la gracia de una conversión interior, perfecta, y a tu predilecta sierva concédele la gloria de los altares. Amén.
(Tres Glorias a la Trinidad, y Siete Avemarías a la Virgen).
Día Tercero: El Espíritu Santo
¡Oh Santo y Divino Espíritu! Tú, por tus dones maravillosos y por tus frutos santificaste de modo maravilloso a tu generosa servidora Sor María de Jesús. Tú realizaste en ella los admirables planes del Padre y del Verbo. Tú fuiste quien llenó su vida de santidad extraordinaria y de virtudes perfectas. Yo te doy gracias por el portento de santidad que formaste en tu generosa servidora. Por esta fuerza eficaz tuya con que así la santificaste, yo te doy las más rendidas gracias; te glorifico y te bendigo en la unidad de la naturaleza con el Padre y el Hijo. Por esos grandes misterios te pido, para mí y para todos los hombres, una perfecta santidad de vida, y para la sierva tuya Sor María de Jesús, la glorificación aquí en la tierra.
(Tres Glorias a la Trinidad, y Siete Avemarías a la Virgen).
Día Cuarto: La Virgen Inmaculada
¡Virgen santísima, Madre de Dios Inmaculada! Tú fuiste la que llamaste a la Venerable Sor María Jesús a la Orden de tu Concepción. Tú la preparaste para vivir en el monasterio prodigiosamente revelado a su madre Catalina, edificado en su propia casa paterna. Desde muy joven la llevaste por el camino del recogimiento perfecto, la abstracción de todo lo creado, la vida mística más elevada y semejante al cielo en la tierra. Tú la elegiste para revelar al mundo tu vida misteriosa, escribir el relato de tu existencia singular, y extender por todo el mundo el conocimiento y veneración de tu gran privilegio de Madre Inmaculada. ¡Cómo no darte gracias por la ejecución tan perfecta de tu plan en esta fiel hija tuya!. Por esa obra perfecta que tú realizaste en su existencia terrestre te pido para mí y para toda la Iglesia un amor grandísimo al misterio de tu Concepción Inmaculada. Te pido también para tu discípula admirable, el favor de una pronta glorificación ante los fieles de tu santa Iglesia, de la que eres Madre perfectísima.
(Tres Glorias a la Trinidad, Y Siete Avemarías a la Virgen).
Día Quinto: San José
¡Glorioso Patriarca San José! Tú fuiste admirable en la vida de Sor María de Jesús llevándola al conocimiento del misterio escondido en la persona de tu esposa Mana y de tu Hijo Jesús. Tú la acompañaste por los difíciles caminos de la santidad para que no se desviara, antes bien, caminara por las vías de la más elevada vida interior sin tropiezos y en perfecta obediencia a sus directores espirituales. De ti escribió ella maravillosas páginas en su gran Mística Ciudad de Dios. No puedo menos de agradecerte por la singular providencia con que siempre la llevaste por el camino de la vida santa. Por eso te pido para mí y para toda la Iglesia, el don de una asimilación perfecta de los misterios divinos de la vida de Jesús y de María; la gracia de una santa muerte; el don de la oración y de la perfecta interioridad. Para tu dócil sierva te pido la gloria de los altares, superadas las dificultades que al presente se oponen a esa glorificación.
(Tres Glorias a la Trinidad, y Siete Avemarías a la Virgen).
Día Sexto: San Miguel Arcángel
¡Santo y glorioso Arcángel, príncipe de las milicias celestes! Grande fue el amor y veneración con que te trató durante toda su vida la Ven. Sor María de Jesús. Tú le revelaste los misterios del mundo invisible. Tú la protegiste contra las innumerables asechanzas que amenazaban su vida extraordinaria. A ti se te debe el que esta extraordinaria mujer, en su fragilidad femenina, diera muestras de un temple superior de carácter, de inteligencia superior a las normales condiciones humanas, y una familiaridad con el mundo invisible que ha hecho de ellas una de las más grandes espirituales de la historia. Te doy gracias de todo corazón por el cuidado singular con que velaste por ella. Por eso me dirijo a ti con grande confianza para que me otorgues a mí y a todos los hombres una devoción grande a la Virgen Inmaculada y los ángeles que la sirven. Concede también a tu admirable protegida, la gloria de su exaltación a los ojos de los hombres en el seno de la Iglesia de Dios.
(Tres Glorias a la Trinidad, y Siete Avemarías a la Virgen).
Día Séptimo: Los Santos Ángeles
Cosas admirables y llenas de sabiduría divina escribió de vosotros la Ven. Sor María de Jesús. Secretos escondidos le revelasteis sobre la vida de Jesús y de María. Siempre la protegisteis, como ella relató que protegíais a Jesús y María en el curso de su humilde vida terrestre. En todas las páginas de su obra estáis presentes, desde la predestinación de María, hasta el día de su final glorificación en el día de su Asunción a los cielos. Ella como muy pocos autores espirituales ha subrayado la importancia de vuestra presencia en la vida de Jesús y de María. Vosotros le premiasteis esta fidelidad a vuestras consignas, con una singular vida más angélica que humana. Con toda humildad os rindo las debidas gracias por esa actuación vuestra en la vida de la Venerable, os pido también, para mí y para todas las almas, un conocimiento y familiaridad grande de las cosas del mundo invisible. Para Sor María os pido actuéis superando los obstáculos que se oponen a su glorificación en la tierra en el seno de la Iglesia a la cual tan eficazmente servís siempre y en todas partes.
(Tres Glorias a la Trinidad, y Siete Avemarías a la Virgen).
Día Octavo: Los Santos
Admirable fue la vida de Sor María de Jesús en el trato con los santos. Siempre recordó el día de su nacimiento que coincidió con la fiesta del gran San Francisco de Paula. Al Santo de Asís tributó siempre un culto muy cordial de veneración e imitación. Todos los santos eran para ella personas vivas y queridas. Ellos la protegían, la inspiraban, la ayudaban en sus dificultades y constituían la compañía habitual de su existencia más celestial que terrena. Yo os dirijo a todos vosotros el recuerdo más agradecido por los beneficios y gracias sobrenaturales que procurasteis con vuestra actividad superior a la virgen Sor María de Jesús. Os pido también para mí y para todos los mortales que pueblan el mundo la gracia de una vida semejante a la vuestra y a la de vuestra protegida Sor María de Jesús, y para ella os pido a todos, que unáis vuestra intercesión ante el trono de la Trinidad, para que acelere el día de su triunfo ante la Iglesia elevándola a la gloria de los altares.
(Tres Glorias a la Trinidad, y Siete Avemarías a la Virgen).
Día Noveno: Santa Beatriz de Silva
¡Grande Santa, fundadora de la admirable Orden de la Concepción Inmaculada de María! Tú fuiste siempre la madre querida que como tal orientaste y dirigiste la vida de tu privilegiada hija. A tu orden confió la Madre Inmaculada ese tesoro de santidad. Tú hiciste con ella de madre amorosa y de protección poderosa. En ti aprendió ella la devoción singular a la Concepción Inmaculada de la Madre de Dios. Tú la inspirabas y la ayudabas con tus inspiraciones en el difícil cargo de abadesa que tan ejemplarmente ejerció en el monasterio de Agreda. A ti se deben en gran parte la realización de los designios que la Virgen Inmaculada concibió para con esta gloria la más admirable de toda tu orden. Tú eres la fundadora y ella la doctora en el conocimiento y veneración del misterio de la Concepción Inmaculada de María. Todos te debemos bendecir por la obra maravillosa que llevaste a cabo en la vida de esta tu hija predilecta. Gracias a ti, madre y fundadora de la orden concepcionista. Y permite que también te formule con humildad y confianza mis peticiones. Otórgame a mi y a toda la Iglesia santa de Dios un espíritu firme de fe, esperanza y caridad; un amor grande a la Trinidad, a la Virgen, la Iglesia, el Papa y todos los sacerdotes y consagrados que forman esa Iglesia. Da a todos los fieles un poderoso impulso de santidad, y actúa con fuerza ante la divina Trinidad para que sea pronto glorificada esta tu hija, que será la más grande gloria de tu ya gloriosa familia concepcionista.
(Tres Glorias a la Trinidad, y Siete Avemarías a la Virgen).