OIC: Sor María de Jesús, en memoria agradecida

P9241310En este año en que celebramos los 350º aniversario del “dies natalis” de Sor María de Jesús de Ágreda y en el que celebramos también, un año dedicado a la Vida Consagrada, las hermanas de la Confederación Santa Beatriz de Silva de la Orden de la Inmaculada Concepción, quisimos “hacer memoria agradecida del pasado” adentrarnos un poco más en la figura de una de las hermanas más representativa de la OIC.

Los días 21 al 24 de septiembre, en el Seminario de Tarazona, Zaragoza, nos reunimos 43 hermanas de varias comunidades de las cuatro federaciones de la Orden en España y el P. Ángel Fernández de Pinedo, asistente de la Federación de nuestra señora de Aránzazu.

De la mano del P. Rafael Pascual Elías, ocd, nos fuimos acercando a la vida y escritos de Sor María de Jesús. De una manera sencilla y amena, el P. Rafael, nos sumergió en el mundo místico y humano de M. Ágreda, nos alentó y animó a leer sus escritos para conocer más profundamente la espiritualidad tan rica y la experiencia de Dios que se refleja en ellos. Y es que en los escritos de Sor María, las concepcionistas franciscanas tenemos un pozo en que ahondar para vivir con pasión nuestra vocación hoy y vivir el futuro con esperanza.

La eucaristía del día 21 fue presidida por Monseñor Eusebio Hernández Sola, oar, Obispo de Tarazona, quien de esta manera tan hermosa nos dio la bienvenida a su diócesis.

El día 22 de septiembre, D. Vicente Jiménez Zamora, arzobispo de Zaragoza y presidente de la comisión para la Vida Consagrada de la Conferencia episcopal española, nos informó sobre las vicisitudes de la Causa de beatificación de Sor María de Jesús, así como, la oportunidad de reanudación de la misma en estos momentos. Su conferencia nos dio mucho ánimo, las hermanas quedaron muy contentas e ilusionadas de ver pronto la beatificación de Madre Ágreda.

El día 24 muy temprano, partimos de Tarazona al Monasterio de Ágreda, donde las hermanas nos esperaban con mucha alegría e ilusión. Realizamos una visita guiada por las hermanas de la Comunidad, mostrándonos los lugares más significativos de la Casa relacionados con las Sor María de Jesús, así como el Museo y la Iglesia; también visitamos la casa natal de la Venerable.

A las doce, tuvimos una eucaristía preciosa, en la cual renovamos nuestra profesión en ese lugar tan significativo y emblemático para la Orden de la Inmaculada Concepción.

Fueron días gozosos de compartir de hermanas, comunión, fraternidad. Ahondando y profundizando en nuestras raíces carismáticas. ¡Qué dulzura, qué delicia convivir las hermanas unidas!

¡Muchas gracias, Hermanas!

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